Lunes, 14 de Octubre, 2019

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Lunes, 14 de Octubre, 2019

El mundo está lleno de colores que le dan una hermosura tan rica y variada, para que nos alegremos y gocemos.
Pero algunas personas, por una deficiencia física, sólo pueden ver en blanco y negro. Otros pueden ver en colores, pero no saben valorarlo.
Eso también puede sucedemos en el nivel espiritual. El mundo está lleno de cosas lindas, de una variedad inmensa de cosas buenas. Pero a veces estamos tan limitados espiritualmente que nos parece que todo es gris.
Los árboles no nos dejan ver el bosque. Un problema no nos deja ver todo lo que está bien en nuestra vida, un temor oscurece toda nuestra esperanza.
Pidamos al Espíritu Santo que nos libere de esa enfermedad, para que podamos disfrutar y gozar con esa inmensa variedad de cosas bellas que hay en el mundo.
                     ✨🕊✨

4 comentarios:

  1. Gracias Señor Espíritu Santo. Amén.

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  2. Espíritu Santo libera ésas enfermedades para gozar y disfrutar de la inmensa variedad de cosas bellas en el mundo. Gracias. Amén.

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  3. 🙏🌹Martes 15 de octubre de 2019

    La magnanimidad es una hermosa virtud, que nos lleva a desear cosas grandes, a gastar nuestra vida para regalarle algo grande a este mundo. Porque ser humildes no quiere decir que escondamos nuestras capacidades o que enterremos nuestros talentos. El Espíritu Santo no se goza en nuestra destrucción ni espera que renunciemos a nuestros sueños. Al contrario, él nos lanza a la aventura de vivir cosas grandes.

    Eso está claro en la vida de Santa Teresa de Ávila, que hoy recordamos. Ella desde pequeña soñaba con hacer cosas grandes por Cristo. Pero en esa época, hace quinientos años, las mujeres no podían destacarse en la sociedad ni en la Iglesia.

    A ella la estimulaba mucho la lectura de las vidas de santos y de los libros de caballería. Por eso un día, siendo niña, quiso escapar con su hermano con el deseo de dar la vida por Cristo en tierras paganas.

    En 1535 entró al convento de la Encarnación en Ávila. Pero se puede decir que sólo veinte años después ocurrió su gran conversión, la acción más poderosa del Espíritu Santo. Al poco tiempo sintió el llamado de Dios a reformar la vida de los conventos carmelitas, devolviéndoles su espíritu de austeridad y fervor evangélico, donde no debería faltar la alegría. A esta reforma se le unió San Juan de la Cruz. Ambos sufrieron burlas y persecuciones, pero nada podía frenar a esta mujer decidida y segura. A su intensa actividad unió una altísima experiencia mística que quedó plasmada en sus escritos espirituales, por los cuales se la declaró doctora de la Iglesia. Fundó muchos conventos reformados, lo cual le significó numerosos viajes que deterioraron su salud. A causa de esos viajes la llamaban despectivamente "mujer inquieta y andariega".

    Pero a pesar de las persecuciones que soportó de parte de las mismas autoridades de la Iglesia, expiró diciendo: "Muero hija de la Iglesia". Porque el Espíritu Santo, que nos invita a vivir cosas grandes, nos lleva también a vivirlas en humildad y en fraternidad, nunca en la vanidad y la división.

    Teresa es un hermoso estímulo que nos invita a dejarnos llevar por el Espíritu Santo sin cobardías ni mezquindades, sabiendo que, unidos al Señor, y más allá de lo que nosotros podamos ver, nuestra vida dará mucho fruto.

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