Lunes, 1 de Octubre, 2018

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Lunes, 1 de Octubre, 2018

Hoy recordamos a Santa Teresita de Lisieux. En ella podemos reconocer la generosa ternura que puede infundir el Espíritu Santo en nuestras vidas.

Ella vivió y creció con una bella conciencia de ser inmensamente amada por Jesucristo. Por eso desde niña ansiaba consagrarse a Dios en la clausura; entonces se hizo carmelita. Pero su amor a Jesús no era sólo un deseo de vivir tranquila, abrazada por el Señor. Porque el Espíritu Santo le hizo ver con claridad que quien ama a Jesús se identifica con su deseo, empieza a desear lo que Jesús desea. Por lo tanto, su pasión era ser un instrumento de Jesús para hacer el bien.

Teresita no sentía un gran atractivo por la tranquilidad del cielo. Más bien le interesaba que en el cielo podría estar más cerca de Jesús para que su oración fuera más eficaz y pudiera interceder por nosotros con más fuerza. Eso se expresaba en su promesa de que después de su muerte haría caer una lluvia de rosas.

Pero lo que más se destaca en su vida es la infancia espiritual. No se trata de un infantilismo débil o romántico, sino de una actitud valiente y grandiosa: renunciar a la miserable tentación de creernos dioses todopoderosos, de sentirnos el centro del universo o de pensar que somos más que los demás. Hacerse como niños es confiar sin reservas en el amor de Dios, y así no necesitar más dominar a los demás, aprovecharse de ellos o buscar con desesperación sus elogios y reconocimientos. Teresita vivió a fondo esta actitud gracias a la obra transformadora del Espíritu Santo.

El Evangelio nos invita a recuperar la actitud de humilde confianza que caracteriza a los niños; el Reino de Dios debe ser recibido con esa confianza, propia del que sabe que solo no puede. Así como un niño que en los momentos de temor reclama sinceramente la presencia de su Padre, el corazón tocado por el Espíritu Santo ha renunciado a su autonomía, sabe que necesita de su poder, que sin él no tiene fuerza ni seguridad, que en él está la única verdadera fortaleza.
                    ✨🕊✨

Domingo, 30 de Septiembre, 2018

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Domingo, 30 de Septiembre, 2018

Nosotros buscamos al Espíritu Santo, no solamente para vivir bien, sino también para santificarnos, para llegar a lo más alto de la vida espiritual. Ofrezcámonos al Espíritu Santo, hagamos una profunda consagración de nuestras vidas, para que él nos trasforme completamente. Expresemos este deseo con las palabras de Dom Vandeur:

"Espíritu Santo, amor unitivo del Padre y del Hijo,
fuego sagrado que Jesucristo nuestro Señor trajo a la tierra,
para quemarnos a todos en la llama del eterno amor.
Te adoro, te bendigo, y aspiro con toda el alma a darte gloria.
Con este fin, te hago esta ofrenda con todo mi ser,
cuerpo y alma, espíritu, corazón, voluntad,
fuerzas físicas y espirituales.
Me doy a ti y me entrego tan plenamente
como le sea posible a tu gracia,
a las acciones divinas y misericordiosas
de ese amor que eres tú, en la unidad del Padre y del Hijo.
Llama ardiente e infinita de la Santísima Trinidad,
deposita en mi alma la chispa de tu amor,
para que la llene hasta desbordar de ti mismo;
para que transformada por la acción de tu fuego en caridad viva,
pueda, con mi sacrificio, irradiar luz y calor
a todos los que se me acerquen.
Amén."
                    ✨🙏🏼✨

Sábado, 29 de Septiembre, 2018

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Sábado, 29 de Septiembre, 2018

Recordemos que "donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad" (2 Corintios 3,17).
Nosotros creemos que somos libres cuando estamos solos, cuando nadie nos molesta, cuando podemos hacer lo que queremos, cuando nos dejamos llevar por nuestras inclinaciones naturales. Una persona que se entrega al alcohol o a la droga se engaña creyendo que es más libre que los que no lo hacen. Pero los demás pueden ver cómo esa persona cada vez está más limitada, cada vez está más dependiente del alcohol y de la droga, cada vez es menos libre para elegir otras cosas, hasta que le resulta imposible vivir sin el vicio. ¿Quién puede ser tan ingenuo como para llamarle libertad a eso?
La libertad es un don que Dios nos da para que vayamos haciendo un camino positivo en la vida, un camino que nos lleve a la felicidad. En ese camino el Espíritu Santo nos va sanando y nos va liberando de las cosas que nos esclavizan, y así cada vez somos más libres: nada se nos hace indispensable, nada se nos hace absoluto, somos realmente libres para elegir porque nada nos domina. Esa es la libertad del Espíritu. Pero en realidad, cuando San Pablo nos habla de la libertad del Espíritu Santo, quiere decir que no nos sentimos obligados a ser buenos y santos, sino que lo hacemos porque estamos inclinados a eso desde lo más profundo de nuestra libertad; vivimos bien porque así lo elegimos con toda libertad. Nadie podrá decirnos que estamos obligados a amar a Dios. El amor es libre o no es amor, porque es imposible obligar a alguien a amar. Esa es la maravillosa libertad del Espíritu Santo.
                    ✨🕊✨

Viernes, 28 de Septiembre, 2018

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Viernes, 28 de Septiembre, 2018

Cuando alguien está sereno y pacificado por dentro, es capaz de percibir la armonía que hay en el universo; pero si está inquieto y perturbado, todo lo que ve y escucha le parece fuera de lugar.

De hecho, cuando una persona está en armonía por dentro, cuando va al campo es capaz de gozar percibiendo la armonía que hay entre todos los sonidos que se escuchan al atardecer.

Los distintos pájaros, las vacas, el ruido del pasto y de las ramas que se mueven, algunas voces, y hasta los rumores de la carretera que se oyen lejanos. Todo produce una preciosa armonía.

Pero la persona que no está pacificada por dentro se siente molesta por esos sonidos. Quisiera un silencio absoluto, o desearía oír sólo algunos de esos sonidos, y no otros. Quiere que el mundo se adapte a sus pretensiones. Y no encuentra calma.

Por eso, tenemos que descubrir que lo más importante no es que el mundo cambie, sino que cambiemos nosotros. Pidamos al Espíritu que armonice nuestro interior, para que así podamos estar en armonía con la vida.
                   ✨🕊✨

Miércoles, 26 de Septiembre, 2018

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Miércoles, 26 de Septiembre, 2018

A veces nuestra vida está tan sumergida en la mediocridad, el egoísmo y la comodidad, que sólo un terremoto podría despertarnos y cambiarnos. Por eso el Espíritu Santo puede permitir algún terremoto para que nos decidamos a vivir en serio.
Ese es el sentido de algunos textos bíblicos, que parecen de terror, pero que en realidad nos quieren decir que, si no aceptamos la vida nueva del Espíritu y nos aferramos a seguridades de este mundo, llegará un momento en que esas seguridades van a caer destruidas.
Pero la Palabra de Dios en realidad quiere consolarnos, porque nos dice que eso no será nuestra ruina sino nuestra liberación. Porque cuando se caigan todas esas seguridades podremos estar desprendidos de todo ante el Espíritu Santo, y aceptaremos su invitación a vivir de otra manera:
"Habrá un tiempo de angustia, como nunca ha sucedido desde que surgieron las naciones; ese día será salvado mi pueblo" (Daniel 12,1).
"Cuando comiencen a suceder estas cosas, levanten la cabeza, porque se acerca la liberación" (Lucas 21,28).
Por eso cuentan los Hechos de los Apóstoles que "de improviso vino un terremoto tan fuerte que se movieron los fundamentos de la prisión. Entonces, todas las puertas se abrieron y se rompieron las cadenas de todos" (Hechos 16,26).
Dejemos que suceda algún terremoto en nuestras vidas, para que el Espíritu Santo pueda abrir nuestras puertas y romper nuestras cadenas.
                    ✨🕊✨

Martes, 25 de Septiembre, 2018

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Martes, 25 de Septiembre, 2018

"Ven Espíritu Santo, a limpiar mis miserias.
No quiero que mis debilidades y pecados me quiten la alegría, la fuerza, la energía, el empuje de mi entrega. No quiero que mis errores me detengan y me debiliten. Porque tú tampoco lo quieres.
Pero necesitas que reconozca mis pecados y no te los oculte, para así poder sanarme. Esperas que mire con claridad mis errores, sin excusas. No te agrada que me paralicen los escrúpulos y la culpa, pero esperas que reconozca ante ti mis caídas, para poder liberarme.
Ven Espíritu Santo, no puedo ocultarte nada. Todo está claro y patente ante tu mirada que todo lo ve, que me penetra por completo. Todo lo sabes, y no tiene sentido que intente escapar avergonzado.
Tu amor me espera con infinita ternura para quemarlo todo en ese fuego abrasador.
Límpiame una vez más Espíritu Santo, porque quiero hacer de mi vida una ofrenda cada día más bella.
Amén."
                           ✨🙏🏼✨

Lunes, 24 de Septiembre, 2018

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Lunes, 24 de Septiembre, 2018

No podemos olvidar que Jesús nos ha dejado un precioso regalo que nos ayuda a tomar conciencia de que él está: su presencia en la Eucaristía.

El Espíritu Santo es el que convierte el pan en Jesús. Por eso, en la Misa, el sacerdote invoca al Espíritu Santo para que descienda sobre los dones del altar.

Entonces, podemos pedirle al Espíritu Santo que nos ilumine, para reconocer la presencia de Jesús en la Eucaristía y para que podamos encontrarnos con él.

Cuando nos ponemos a orar frente al sagrario, o cuando lo contemplamos en una adoración eucarística, podemos reconocerlo a Jesús presente frente a nosotros, dispuesto a entablar un diálogo cercano, íntimo, sincero. Y aunque a Jesús podemos encontrarlo en todas partes, su presencia en la Eucaristía es la más perfecta de todas.

Por eso, si deseamos estar en su presencia, no hay nada mejor que invocar al Espíritu Santo, y colocarnos frente a la Eucaristía, mirarlo, dejarnos mirar por él, hablarle de nuestras cosas, escuchar su delicada voz.

Ese momento puede llenarnos de fuerza y de paz, porque de la Eucaristía brota la vida del Espíritu Santo; allí se derrama el Espíritu para nosotros.
                    ✨🕊✨